Tanto si vas a pintar el MDF de tu color favorito como si vas a darle a la madera maciza una capa transparente, estos consejos para pintar te ayudarán a conseguir un buen resultado.

#1 Una buena preparación es la mitad de la batalla

Y el mejor consejo de todos es: ¡tómate tu tiempo! Muchos manitas se entusiasman con la idea de pintar su proyecto en el color deseado y ya tienen el bote de pintura y el rodillo preparados. Pero es importante que primero te asegures de que tu zona de trabajo está bien protegida. Cubre el suelo y cualquier otro objeto vulnerable con una lona, un cartón o una manta vieja para que los derrames o salpicaduras accidentales no sean un problema. No olvides tu ropa. Coloca el material a la altura adecuada (por ejemplo, utilizando caballetes y vigas) para que no te cuelgues o te sientes sobre las rodillas durante mucho tiempo. Asegúrese de que puede caminar fácilmente alrededor del proyecto para poder ver todos los lados. Y ten preparadas muchas toallas de papel. Estos te ayudarán a quitar la pintura rápidamente, ya sea de tu mano, de la lata o de cualquier otro lugar.

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#2 Un buen lijado hace que el resultado final sea aún más ajustado

Una vez realizados todos los preparativos, es el momento de lijar. No es el trabajo favorito de todo el mundo, pero es esencial para un resultado final sin problemas. Al lijar, es importante tener siempre un buen tacto con la superficie. Cada desnivel que se siente, se refleja en la pintura. Por lo tanto, asegúrese de que todo sea suave. Después de lijar, es importante dejar todo libre de polvo. Esto puede hacerse con un cepillo suave y un paño para el polvo, pero también hay toallitas adhesivas especiales que absorben bien el polvo y dejan una hermosa madera sin polvo.

#3 ¿Primero o no?

Si se trabaja con madera maciza que sólo se quiere acabar de forma transparente, no se necesita una imprimación. Sin embargo, si quiere dar a la madera no tratada un color opaco, una imprimación es una opción sensata. Especialmente el MDF transparente necesita sin duda una capa de imprimación. Cuando se trabaja con MDF también es importante prestar especial atención a los extremos.

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#4 ¡Píntalo!

Ahí lo tienes. Ha hecho falta algo de preparación, pero ahora está listo para pintar y ya puede vislumbrar el resultado final. Para obtener un resultado bonito y uniforme, hay que aplicar dos capas de laca. Por lo tanto, no se alarme si la primera capa es un poco irregular. Utilice papel de lija fino (grano 180 como máximo para evitar arañazos) para lijar ligeramente la madera entre las capas de barniz. La siguiente capa se adherirá mejor. Si trabaja con madera maciza o chapada (es decir, con veta), es importante pintar siguiendo la veta. Utilice el rodillo o la brocha para desplazarse a lo largo de la veta. Verá que cuando el barniz se aplica en sentido transversal a la veta, la madera no lo absorbe tan bien y el resultado es un acabado desigual. No es necesario tenerlo en cuenta con el material de tablero sin veta de madera (como el MDF). En ese caso, es bueno pintar en dos direcciones para que la pintura se absorba uniformemente en todas partes.

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#5 ¿Cómo se vuelve uniforme?

Hay varias técnicas para conseguir que la pintura quede bien y se cubra. Al pintar, lo primero que hay que hacer es aplicar un poco de fuerza para exprimir la pintura del rodillo y conseguir una buena capa opaca. Nota: un poco de fuerza. Asegúrese de que el rodillo no se seca demasiado. Añada nueva pintura a tiempo, de lo contrario aplicará una capa demasiado fina y ya no cubrirá bien. Cuando la superficie esté completamente cubierta de pintura, repasa toda la superficie con el rodillo, pero sin hacer fuerza. Pase el rodillo en una sola dirección cada vez, para que las rayas desaparezcan del rodillo y obtenga un resultado extra ajustado.

#6 ¿Dónde guardo mis rodillos y pinceles?

El rodillo y la brocha pueden seguir utilizándose después de la primera capa de pintura. Pero, ¿dónde se colocan ahora? La pintura necesita tiempo para secarse bien antes de continuar con la segunda capa. Los pinceles pueden colocarse fácilmente en un recipiente con un poco de agua (o white spirit o aceite si se utiliza pintura de base alquídica). Los rodillos se pueden guardar fácilmente en el bote de pintura. Retíralo del soporte y vuelve a cogerlo en la siguiente sesión con el soporte y el agitador. De este modo, el rodillo no se seca y no hay que utilizar rodillos nuevos cada vez. Para intervalos cortos, también es suficiente con envolver la bandeja de pintura y la brocha o el rodillo en una bolsa para sándwiches o en una bolsa de plástico.

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